Recientemente, Estados Unidos donó 19 locomotoras y 90 vagones al Perú para implementar un sistema ferroviario entre Lima y Chosica. En un país donde la congestión vehicular es casi un símbolo nacional (porque la congestión ya no es solo en Lima), esto debería ser una buena noticia. Sin embargo, el zurderio y los caviares liderados por Rosa María Palacios han decidido convertir este donativo en un capitulo más de su mezquindad política, solo porque la iniciativa partió del Porky alcalde López Aliaga.
La crítica principal es que los trenes son "viejos" y representan “chatarra imperialista”. Se fabricaron entre 1985 y 2000, lo que para algunos los hace automáticamente inútiles. Pero, curiosamente, estos mismos críticos parecen estar perfectamente cómodos con las combis que contaminan Lima desde épocas en que MTV todavía pasaba música. Ojo que los trenes, según el fabricante tienen para 40 años más de vida, son doble piso, con aire acondicionado y que con adaptaciones podrían ser 100% eléctricos.
No todo es gratis, claro. Aunque el tren es una donación, la Muni Lima deberá gastar 24.5 millones de dólares para trasladarlo y adaptarlo. Este costo ha sido otro punto de ataque: "¿Por qué no compramos trenes nuevos si igual vamos a gastar?", preguntan los zurdos. La respuesta es simple: un sistema de trenes nuevo costaría al menos treinta, cuarenta o cincuenta veces más y tardaría años en implementarse. Ahí tenemos el metro 2 de Lima, que ya lleva varios años “en construcción”. Mientras tanto, el tráfico sigue creciendo y la contaminación ahoga a la ciudad.
Aquí entra un debate más profundo: Es fácil soñar con un tren magnético japones. Pero mientras soñamos, la vida cotidiana de miles de limeños sigue siendo un caos. La indignación, por tanto, es más politiquera que racional. Algo similar a la posición de Keiko Fujimori en 2017 respecto al proyecto Chinecas: “No me importa si se perjudican cien mil o un millón, ese proyecto no va”. Ahora los caviares quieren buscarle tres pies al gato: primero que es chatarra, luego que no es una donación porque implica costos de traslado y adaptación, y finalmente porque en el proceso de traer el tren se ha consultado a empresarios ferroviarios que para sus mentes falladas ya es corrupción.
La ironía es clara: convertir la donación de trenes en una tragedia shakespeariana. No hay ninguna “conspiración” Rosa María. Solo un tren que podría ayudar a que las personas lleguen a sus trabajos sin perder la paciencia. El problema no es el tren. El problema es ustedes. Que ven un vaso de agua en el desierto y lo tiran solo porque "no trae hielo".
REFERENCIAS:
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AUTOR: Fabricio H. Cjuno Quispe
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Cita recomendada: Cjuno, Fabricio (2024). “De Combis “Asesinas” al Tren “Chatarra”: El Tren de EE. UU. Que los Zurdos Odian”. Para Palta Nacional. URL: https://paltanacional.orgpe.com/2024/11/de-combis-asesinas-al-tren-chatarra-el.html